Antes de salir, por la tarde, me cruce a dos chicos gays de un barrio cercano. Solo los conozco de vista y de internet, de capturar su fotos por internet, tengo un fichero lleno con su fotos.
Uno de ellos fue a la manifestacion de los indignados, es un chico de piel blanco y agradablemente fondon, un culo generoso, es atractivo porque inspira ternura, lo conoci- de vista- delgadisimo, pero conserva el mismo encanto. Los vi venir de frente, el chico femenino me sonrió mostrando una actitud receptiva y afectuosa, luego gire la calle, y segui pensando.
Siempre pienso en que hubiera deseado conocerles de siempre, y haber salido juntos. Viviendo tan cerca. Al menos poder saludarles. Pero vuelvo a la tristeza cuando me doy cuenta que la realidad es que hasta ahora nunca los conoci, y en un futuro quizas nunca los conozca. Pensar que ellos atesoran recuerdos de salidas juntos, y yo en cambio no. Solo atesoro el bagaje de mi fantasia y de mis deseos por marcharme y hacer mi vida por fin.
Se me hunde el alma al pensar siempre lo mismo: nunca los conocere. Lo mire por donde lo mire.
No creo que pueda consolarme, fantasear que intereso a un camarero o a un dependiente,
que por otro lado es afectuoso porque su trabajo tiene parte de ocioso y parte de trabajo, y es ocioso entretenerse con la gente que parece mas simpatica y campechana.
Campechano...¿como puede ser un rey campechano?...Campechano me suena a las galletas campurrianas...en fin.
Me siento muy lejos de ese tacto, de poder tener esos amigos, y conocer, y no dejar de conocer...Es lo que se desea mientras se es joven, no dejar de conocer gente.
Ahora me sigo sintiendo triste,
voy al baño antes de acostarme y me miro al espejo
y m pongo triste, cuando pienso en todo eso.
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