No perdono la humillacion tan salvaje que he sufrido en mi tierra, en las palmas.
Que hayan venido a mi puerta, eso nunca lo olvidare y no lo perdonare, que hayan venido a mi puerta y no me haya podido defender, que hayan tocado al timbre y no hablaran, que se pusieran en la puerta y no dijeran nada. No perdono haber perdido ese tiempo, y no haberles ni siquiera saludado. No haber salido ni una sola noche de fiesta, no haber disfrutado de ser joven, no haber sido feliz, no haber tenido ni una sola foto de ese momento, de esa edad, no haber vivido la juventud, eso no lo perdono, no perdono a nadie por haber frustrado mis mejores años.
Las opiniones no merecen respeto y tampoco las personas.
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